Tres visiones fugaces
Alejandro López Andrada
LLUVIA
Abre la luz del cielo un hueco en mí: la lluvia se va y mi alma es una góndola surcando el silencio. Donde ayer llovió, hoy fulge la hierba. La monotonía del aire en las calles rojas del amor se volverá violeta en los balcones. De aquí a pocas horas, todo cambiará en el parlamento insomne de los búhos. Las nubes de plomo cubrirán el Sur, arroparán la fiebre de la noche. Una vez amanezca, la lluvia volverá a limpiar de miedo y presagios la ciudad, a llevarse el olor febril de la mentira, la política escrita en los árboles sin hojas.
UNA NOTA CORDIAL
Ha defecado un mirlo entre mis ojos. He alzado la vista y en la verticalidad celeste he visto el estaño violeta de su silbo saltando feliz en las ramas de una acacia. A unos metros de mí, estallaban los naranjos su delicada camisa de azahar. Quizá la vida sea esto, he meditado. Ajena a mis pasos, al mirlo, a las acacias, a las altivas palmeras displicentes, como un río de mercurio fluía la avenida atravesando el jardín de la ciudad.
PLAZA DE SAN AGUSTÍN
Mañana de domingo. Marzo tiende su corazón de hierba en los tejados. La historia es una estatua musical. Banderas de arco iris desperezan la gasa del futuro. El sol las mueve en la alta claridad de las palomas. La verdadera izquierda ha levantado su carpa luminosa y fraternal. Del campanario bajan los tañidos de un resplandor doliente. Arden las sombras. Debajo del celeste, al pie del templo pamelas y gorriones van de boda. Un vértigo feliz de humanidad rebelde y libertaria abre el jardín de un sueño estremecido en las palmeras. La luz del pueblo obrero siega el aire como una hoz magnética y sonora.
(Derechos reservados, Editorial Trifaldi, 2015)
Presentamos una brevísima selección de microrrelatos o minificciones, de otros tantos autores latinoamericanos, realizada por nuestra coeditora Patricia Nasello. Todos ellos son escritores de una dilatada trayectoria literaria y firmemente comprometidos con el género exiguo, por lo que de algún modo esta es una muestra de amplio espectro, muy significativa, del estado actual de la narrativa breve en Latinoamérica.
Roberto Villar: Todo tiene su luz
Todo tiene su luz para que sea posible. No sólo para que sea posible verlo, sino crearlo. La mañana, la tarde, la noche, el salón, el sofá. Todo tiempo tiene su tiempo y todo tiene su luz, su música, su clima.
Los anticuentos de Esther Roperti
Esta Cenicienta era muy lista. Cuando bajó corriendo las escaleras de palacio, no sufrió cortaduras en sus pies: sabía que las zapatillas de cristal producen heridas. Y que dejan un rastro que siguen los príncipes fetichistas.
La paloma de la realidad, de Álvaro Campos
La memoria se está gastando, las billeteras no pueden ocultarse más. Sólo queda algo único, antes de que el mundo se desmorone: el encuentro constante e inagotable con la paloma de la realidad...
Seis micros de Carlos de la Fé
A veces somos el último refugio sobre el que un ser anodino es capaz de aplicar un toque extravagante, chic o sofisticado a su triste y aburrida vida.
Juan Yanes: Mujer con maleta y otros micros
¡Ven y amémonos y olvidemos la crítica literaria, olvidemos a los exégetas y a sus epígonos y seamos felices! ¿Me oyes, Caperucita? Deberías decirme algo. Te estoy hablando muy en serio.
Pérez Antolín: El predominio de la sintaxis
Subió el volumen porque el ruido de las ametralladoras no le dejaba oír la emisión y en ese preciso momento salía su calle. Cuando le dispararon pudo ver por la televisión su propia muerte.