
MIRLO
La luna entiende
al sutil telonero
de la mañana.
*
Lluvia menuda.
Innumerables labios
besan mi cara.
*
Tú no hagas nada.
Como el rocío a la flor
cae la gracia.
*
Al despertarte,
la luz va derritiendo
icebergs del sueño.
*
La encina sola,
arrancada de cuajo.
Yo sí te he visto.
*
En el estanque,
el cielo se ha parado
a contemplarse.
*
La luz se endulza
en el sol de septiembre.
Miel de la tarde.
*
Cuando no estés,
¿te oirán tus poemas
del otro lado?
*
Ardes y mueres
a medida que vives.
Como la vela.
*
El sol de agosto
va teniendo pereza
de levantarse.
*
Suma inocencia:
el pájaro enjaulado
nos da su canto.
*
Alzo del suelo
una pluma caída.
Parece de aire.
*
Contra la roca,
lo que no hace el martillo
lo puede el agua.
*
Cantan los pájaros;
todo empieza de nuevo.
La luz se estrena.
*
La ciencia sueña
desvelar el misterio
con peso y metro.
*
¿Quién apuñala
la luz ensimismada
del sol poniente?
*
Mira la fuente:
en su fin su principio
del puro instante.
*
Del sol de marzo
la mariposa cae
como una hoja.
*
En cada nota,
milagro de la música,
se te da toda.
*
El agua sube
a su cielo de nube
cuando se muere.
*
Si miro veo
los brotes de las ramas
crecer por dentro.
*
Noche estrellada.
El silencio de Dios
se hace más grande.