(Avance editorial de El aro de latón, que publicará en breve Cypress Cultura).
TENGO LA CABEZA llena de premoniciones o recuerdos ¡Te dejará sin remilgos ni reservas!, dijeron gritando. Un hombrecillo que llevaba sombrero hongo, gandul y lleno de prejuicios me desalentó. Mis sollozos se intensificaron hasta que llegaron tus carantoñas amorosas. Vieja Maestra, Vieja Maestra, el sol brillaba en el rompeolas de tu cuerpo. Tenía que andar un par de kilómetros para verte. Con tu rostro pálido como un fantasma. ¡Cielos! Pensé, tus ojos no hacen daño a nadie y tus oídos están preparados para escuchar “el susurro de las estrellas felices”, citando a Thoreau. ¡Oh, qué torpe y cicatero es el mundo sin ti! Me pedías que estudiara con las gafas puestas en tu Montaña Fría. Vieja Maestra, Vieja Maestra, ¿no tengo los ojos llenos de lágrimas? Mientras la guitarra suena te pregunto: ¿me quedaré a dormir? No me dejas ver tu cocina ni tus paquetes de legumbres ni tus cacerolas. Una estampida de tigres te persiguen por una fracción de segundo ¿Quién de ellos da discursos locos y gloriosos? Cuidado Vieja Maestra, que viene Oso Hormiguero lanzando una carcajada estridente. Conócelo como Gota de Veneno en las Venas. Mis ojos incorregibles parecían sorprendidos de que estuvieras tan perturbada por algo tan trivial. ¡Zurrémosle la badana a tus miedos! Con la inocencia de un cervatillo en tus labios la palabra francesa “merde” nunca resultaba malsonante. El juez prepara cenas opíparas con filetes y leche y tostadas y empieza a decirme: “Oh, por cierto, ¡Corre! ¡Corre lleno de entusiasmo!”. Soñé que estaba en una exposición de hierbajos, y yo era el más joven y llevaba una cinta azul en torno al cuello. Doy la vuelta a la esquina y una extraña con la que hablo cinco minutos se transforma en Bonnie Raitt. ¡Válgame Dios! Me dice que te enseñe a silbar por los campos o por las aceras. Cauce Embarrado te espera sin la perfecta gema de los haikus ¡Mira! ¡Mira!, grita feliz pero ¿se comunica contigo por una silenciosa telepatía como si fuera un animal? Escribo deprisa y tecleo textos homéricos a toda velocidad. Quiero ser escritor, te aullaré largos poemas. Vieja Maestra, ¿Comprendes lo que te digo? Hay un busto de Don Nadie iluminado por la brillante luz de la mañana y ¡zas! surges de la nada. No me asusta tener que desnudarme. Si no fuera por tus ojos me derrumbarían con una maldición silenciosa. Si no fuera por ti no vería enormes Vías Lácteas inconmensurables. Maravillosa, ¿eh, Hércules el lastimero? Vieja Maestra, Vieja Maestra, ¿qué tal? Las brasas de tu hoguera están al rojo y dan mucho calor. ¡Despierta! ¡Despierta! ¡Nada de peros! Me siento hasta la hora de cerrar a escribir largas cartas como un loco pretencioso. ¡Eres tú! Eres tú. Y vienes muy despacio. ¿Qué pasaría si de repente nos despertáramos sin espantosas nubes húmedas blancas? Mis sollozos se intensificaron hasta que me cuidaste bien. En la postura del loto.
Miguel Ángel Gómez
Microfilias es una tribuna dedicada a los géneros breves en castellano, en la cual tenemos el gusto de alojar textos de creación de autores contemporáneos de España y Latinoamérica. contacto: revista.microfilias@gmail.com
MICROFICCIÓN
La tiranía de los espejos, de Vitale
De niño, en el barrio, se relataba la aventura de un vecino que había sobrevivido a un naufragio flotando durante una semana sobre una puerta. Desconozco quién era e incluso si la peripecia acaeció de verdad, pero no dejo de meditar en ese hombre, azul y agua, negro y agua, asido a una puerta por la que no es posible huir.
Diez micros de Ortiz Soto
Hundido en su sillón, Dios mira llover. Es el día cuarenta por la mañana, pero la oscura bruma no permite saberlo. En los escarpados picos de las montañas más altas, animales y humanos se disputan un palmo de tierra que, minutos después, yace bajo el mar. Son las agotadas aves migratorias las últimas en caer. En medio del océano anegado de muerte va el Arca con los pocos bendecidos. Aquello es todo lo que queda de su gran obra. Dios no puede más con tanto dolor y dispara…
HAIKUS
Herme G. Donis nació en Villalón de Campos (Valladolid) en 1951, aunque desde su infancia se encuentra ligada a Asturias. Ha publicado los libros de poesía Catón de infancia (Avilés, 1983), Marginalia urbana (Oviedo, 1986), El fuego desvelado (Madrid, 1987), Mientras el tiempo pasa (Mieres del Camino, 1989), Peregrinas andanzas (Gijón, 1997) y Vida y memoria (Antología 1983-2002). Actualmente reside en Madrid, donde colabora asiduamente en diversos diarios y revistas especializadas en literatura. Los haikus que publicamos han sido seleccionados por la propia autora.
Los haikus de León Molina
León Molina nació en Cuba en 1959 y llegó a España en 1966. Actualmente su vida se reparte entre la ciudad de Albacete y la aldea de Yetas, en el municipio de Nerpio, en la sierra albaceteña. Se declara a sí mismo como "un empedernido lector de poesía y apasionado observador de la naturaleza. Y suelo tener a mano papel y lápiz". Ha publicado varios libros de poesía (el último de ellos, El taller del arquero) y una recopilación de sus aforismos (titulada Mapa de ningún sitio) en la editorial sevillana La Isla de Siltolá.
Los haikus de León Molina
León Molina nació en Cuba en 1959 y llegó a España en 1966. Actualmente su vida se reparte entre la ciudad de Albacete y la aldea de Yetas, en el municipio de Nerpio, en la sierra albaceteña. Se declara a sí mismo como "un empedernido lector de poesía y apasionado observador de la naturaleza. Y suelo tener a mano papel y lápiz". Ha publicado varios libros de poesía (el último de ellos, El taller del arquero) y una recopilación de sus aforismos (titulada Mapa de ningún sitio) en la editorial sevillana La Isla de Siltolá.
AFORISMOS
Alejandro Lanús (Buenos Aires, Argentina 1971), es un escritor y poeta creador de aforismos, autor de Umbrales. Pulsaciones de una verdad esquiva, de la que proceden los textos que aquí reproducimos. Es la suya una concepción del aforismo estrictamente poética, que se decanta por la insinuación gnómica que entronca con la tradición oriental, principalmente de ascendencia budista y zen, dejando de lado la vena moralista clásica de la escuela francesa. Incidiendo en la contradicción que implica lo creado y la necesidad de superarla mediante un salto epistemológico que trascienda la dualidad, Lanús alumbra trallazos de luz para tratar de ubicarse fuera de la tensión de lo real, e invitar al lector a acompañarle en su viaje.
Karlos Linazasoro (Tolosa, 1962) es licenciado en filología vasca y bibliotecario de profesión. Ha cultivado, en euskera, casi todos los géneros literarios: literatura infantil y juvenil, narrativa, teatro, poesía y periodismo. Aunque el grueso de su obra se ha publicado en euskera, se han sido traducidas al castellano: Depósito ilegal (Alberdania, 2006) y Itoko dira berriak. Ménsula que el cielo sostiene (Atenea, 2005). En el ámbito aforístico, ha publicado Lo que no está escrito (Eclipsados, Zaragoza, 2010). Los aforismos que presenta Microfilias proceden de su último libro, Nunca mejor dicho, recién publicado por la editorial Trea, de Gijón.
NANOENSAYO
José Luis Trullo comparte con nosotros tres notas de opinión reflexiva, o reflexión opinativa, sobre otros tantos temas de actualidad: el culto a la emoción en la cultura contemporánea, la manipulación inherente a los discursos contrarios al miedo, y la apuesta por el concepto de esmero frente a la exaltación del esfuerzo como fuente de acierto en las propias acciones.
Leyenda y función de la utopía
Contra cierta tendencia actual a reivindicar, de nuevo, un concepto tan añejo y caduco como el de utopía, el profesor Miguel Catalán nos advierte acerca del peligro que acecha detrás de sus cantos de sirena, y que no es otro que la fácil consolación imaginaria y sus efectos disuasorios respecto a una transformación efectiva de la realidad.
Leyenda y función de la utopía
Contra cierta tendencia actual a reivindicar, de nuevo, un concepto tan añejo y caduco como el de utopía, el profesor Miguel Catalán nos advierte acerca del peligro que acecha detrás de sus cantos de sirena, y que no es otro que la fácil consolación imaginaria y sus efectos disuasorios respecto a una transformación efectiva de la realidad.
DIETARIOS
El escritor chileno Álvaro Campos escribe: "Desconfio un poco de los que sienten la literatura como algo suyo, desconfio en que la utilicen, orgullosos, como un medio para algo más. No existe ese "suyo", no existe ese "algo más". Sólo existe el malestar, el desgarro, la impotencia del choque de la ola turquesa de la imaginación, contra la masa tosca y gris de la arena de la realidad. El que escribe está condenado a desplazarse descalzo por la fisura, por los dolores del nómada, por los desvelos de la presa. Convaleciente del mundo, ni real ni imaginado, segrega algo que no sabe y en lo que no cree, algo que no genera ninguna ganancia y protección. El que escribe es sacerdote y sacrificio al mismo tiempo. Entonces ¿Que le pide el escritor a sus dioses mudos? Pide que lo liberen del pedir..."